Frágil ilusión
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La vulnerabilidad de los sistemas políticos que alguna vez fueron emblemas de estabilidad inquebrantable, se manifiesta en protestas masivas, tensiones ideológicas, corrupción, crisis de liderazgo y brotes de autoritarismo. Las instituciones, antaño firmes pilares de la democracia, ahora se ven sometidas a profundos cuestionamientos, poniendo a prueba la resiliencia de las estructuras políticas supuestamente sólidas. ¿Presenciamos una transformación en la esencia misma de la política, o son estas convulsiones simples episodios temporales en la historia de estos sistemas? Pues no lo sé, la respuesta sería incierta. Contrario a la creencia asentada de que la política debería basarse en principios sólidos y decisiones racionales, nos encontramos inmersos en un juego maestro en el fangoso terreno político contemporáneo. La lucha por la aceptación pública se ha convertido en un arte refinado, donde estrategas de la propaganda, auténticos titiriteros, trabajan incansablemente entre