Al borde del abismo

 

    El suicidio es un tema delicado y complejo, difícil de plantear, y a menudo está rodeado de estigmas y tabúes. Muchas personas se sienten incómodas al hablar de ello, lo que a su vez dificulta un abordaje efectivo. Sin embargo, es un problema de salud pública que requiere atención inmediata. 

    Aunque no tenga la misma visibilidad que otras enfermedades o problemas de salud mental, el suicidio es una epidemia silenciosa y silenciada. Según la OPS es la tercera causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años a nivel mundial, cobrándose una vida cada 40 segundos. Además, se estima que, por cada uno, hay al menos 20 intentos. 

    Las causas de suicidio en los jóvenes son diversas, siendo la depresión y la ansiedad las principales. La presión social y académica también pueden desencadenar estos sentimientos, al igual que el acoso y la violencia en algunos casos. El uso de sustancias y la inestabilidad familiar también son factores de riesgo. 

    El uso compulsivo de las redes sociales y la dependencia de la tecnología también se ha demostrado como un factor de riesgo. Estas plataformas pueden exacerbar los sentimientos de soledad y aislamiento, así como el acoso, la presión estética y comportamental. En algunos casos y no son pocos, incluso promueven el suicidio, normalizando este comportamiento y aumentando el riesgo de que los jóvenes lo consideren aceptable. Además, es importante destacar los daños colaterales que provoca, ya que afecta no solo a quienes lo cometen, sino también a sus familias, amigos y comunidades en general. 

    El estigma asociado al suicidio puede hacer que las personas se sientan incómodas al abordar el tema. Esto lleva a que los gobiernos o autoridades tengan diversas razones para evitar tratarlo de manera abierta y transparente, con el fin de evitar reacciones negativas. Algunas de estas razones pueden ser la preocupación de dañar la imagen del país o la región, el impacto en la economía o el turismo, el estigma social, el riesgo de contagio; existe la preocupación de pueda llevar a un aumento en los casos, con lo que se conoce efecto imitación, o la privacidad y confidencialidad de las personas involucradas; al considerar que divulgar información detallada sobre los casos podría violar estos derechos. 

    Sin embargo, la falta de transparencia puede tener consecuencias graves. Si las autoridades no están dispuestas a discutir abiertamente el problema del suicidio, esto perpetúa el estigma y la falta de conciencia pública sobre el tema. Además, dificulta la implementación de políticas y programas eficaces para prevenirlo, proporcionando ayuda y apoyo emocional y tratamiento a quienes pueden estar en riesgo. 

    La prevención es fundamental. Es importante concienciar a la sociedad sobre el tema. Esto incluye la educación sobre salud mental y prevención en las escuelas, el acceso a atención médica y psicológica asequible, y la eliminación del estigma asociado a los problemas de salud mental. 

    Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la cobertura responsable. Los periodistas tienen que ser conscientes de la influencia que pueden tener en el público y e informar de manera ética, evitando sensacionalismos y siguiendo pautas profesionales. La precisión y la empatía son fundamentales, con el objetivo de generar conciencia y comprensión, así como proporcionar recursos y apoyo para aquellos que puedan necesitarlo. 

    Es importante destacar que hablar sobre el suicidio no aumenta el riesgo de que una persona se suicide. Por el contrario, hablar abierta y responsablemente sobre el suicidio puede ayudar a identificar a aquellos que podrían estar en riesgo y brindarles el apoyo necesario para prevenir posibles intentos. 

    La discusión abierta es esencial para comprenderlo, prevenirlo y proporcionar apoyo a quienes lo necesitan. Los tabúes y estigmas asociados solo perpetúan el silencio y la falta de acción. Los gobiernos, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto tenemos que trabajar juntos para eliminar los estigmas y romper este ciclo, fomentando la empatía, comprensión y conciencia.