Si hay un tema que siempre atrae la atención y que, por lo general, tiende a desatar innumerables comentarios, generalmente desfavorables, es la salud pública. Es bien sabido que la salud no se limita simplemente a la ausencia de enfermedades, sino que abarca un completo estado de bienestar que incluye aspectos físicos, mentales, espirituales y sociales. Cuando hablamos de salud pública, en su concepto, nos referimos a la disciplina que se dedica a estudiar tanto la salud como las enfermedades que afectan a una comunidad, y, sobre todo, a establecer medidas preventivas, investigar las causas y factores que contribuyen a la mala salud, diagnosticar con precisión y aplicar los mecanismos necesarios para combatir enfermedades desde las diferentes instituciones, sean públicas o privadas. En síntesis, se trata de mejorar la salud y el bienestar de una población determinada, lo que, a su vez, mejora la calidad de vida de las personas.