Despertares
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¿Recuerdan la última vez que nos dejamos maravillar por la pureza de la luz de un cielo azul, o cuando en la noche contemplábamos embelesados un firmamento rebosante de estrellas resplandecientes, sin preocupación alguna? ¿O aquella ocasión en que nos sentamos a escuchar el roce susurrante de las hojas de los árboles mecidas por el viento? El viento, llevando consigo el aroma de las flores y los pinos en el bosque, ¿acaso no lo percibiste acariciando tu cuerpo? como acaricia la lluvia en un día de primavera o el cántico del agua corriendo por los ríos, ¿lo escuchaste? ¿O la última vez que sentiste bajo tus pies descalzos el fresco de la hierba húmeda? ¿O cómo la arena acariciaba delicadamente los dedos de los pies en la playa? La naturaleza, en su grandeza, nos habla todo el tiempo; en su lenguaje, nos cuenta cosas profundas, nos revela secretos. Cuánta percepción, entre lo que creemos válido, hemos perdido con el tiempo, dejando escapar esos momentos en vano, momentos de con