La esencia del amor


    Hace algún tiempo, me encontré con un artículo que realmente me emocionó. En él, una doctora compartía una experiencia, le pidió a un paciente anciano, quien sufría problemas cognitivos por Alzheimer, que escribiera una frase cualquiera. Para su asombro, éste escribió las palabras: “no te olvido mamá”. Que palabras tan hermosas y poderosas.

    El vínculo de amor que existe con una madre tiene la capacidad de actuar como un ancla que ayuda a mantener la conexión emocional. “No te olvido mamá” se transforma en una declaración de resistencia frente a la pérdida de identidad, en una la batalla constante por mantenernos conectados con esa parte sustancial de nosotros mismos, aun incluso cuando la memoria empieza a desvanecerse, el amor permanece intacto en lo más profundo de nuestro ser.

    Un hijo siempre está conectado con sus padres, pero de forma especial y singular con su madre. Es un vínculo emocional tan grande que es difícil de anular. Una madre encarna la expresión máxima del amor puro, una forma de amor indescriptible en un lenguaje silencioso que solo los corazones pueden comprender. La divinidad de la mujer ha trascendido desde las más antiguas culturas y civilizaciones, siendo inmutable, pues la mujer es portadora del milagro más grande de todos, el don de dar vida.

    ¡Dar vida! La capacidad de traer al mundo, nutrir y guiar a otro ser humano, un milagro que sólo una mujer puede experimentar, un don increíble. Pero no sólo eso, también posee un poder maravilloso, una fuerza vital, una conexión tan íntima, estrecha e inquebrantable entre madre e hijo, que trasciende las barreras del tiempo y del espacio, superando cualquier entendimiento: el instinto maternal. Un lazo tanto físico como espiritual con los hijos,, que no importa si estos son propios o ajenos, la unión es tan fuerte que siente lo que siente el otro. Y aunque los hijos crezcan, cambien y progresen en sus vidas, siempre lo harán bajo la huella indeleble del áurea de la madre.

    Aun así, la ignorancia acerca de la trascendencia de la naturaleza femenina continúa siendo una de las causas del maltrato que se le ha infligido a la mujer. Son numerosas las madres que sufren en silencio el menosprecio de los hijos, de las parejas o el entorno, y a pesar de ello, se entregan por completo para seguir adelante. Luchan con una determinación férrea contra la humillación y la discriminación a que son sometidas.

    ¿Somos dignos de nuestras madres? Aunque reconocemos que existen madres que no merecen llevar ese nombre, prefiero no profundizar en ese aspecto. En general, una madre presente es el corazón del hogar, un ejemplo tanto para su familia como para la sociedad. Encarna una grandeza a menudo pasada por alto: noches de insomnio, contratiempos, angustias e inseguridades, preocupaciones sin límites y agotamiento. Y, en ocasiones, no pocas ocasiones, lágrimas de desconsuelo. A pesar de todo, con una entrega total y desinteresada, posee una capacidad e intuición innatas para comprender la realidad y está siempre dispuesta a consolarnos y arrullarnos con su cálido abrazo, brindándonos un amor incondicional.

    En estos días también recordamos el Día de la Independencia. No es una coincidencia que celebremos el día de la patria y de la madre en la misma fecha, porque la patria es como una madre, una madre a la que debemos cuidar, proteger y respetar. Recordar este día no sólo es motivo para rendir homenaje a quienes hicieron posible nuestra independencia, sino, ante todo, es también, una invitación a convertirnos en verdaderos patriotas, pero no patriotas de bandera, de cantar el himno o entonar fervientes canciones, de mostrar nuestra garra guaraní o vestir los colores de la albirroja. El amor por la patria va más allá de los símbolos y los gestos patrióticos. Ser patriota, significa ser mejores, mejores en todos los aspectos, ser íntegros, empezando por la honestidad y el respeto. Demostremos este amor a través de nuestras acciones diarias, para ser los dignos hijos de una patria fuerte y próspera, más grande y mejor.

    Feliz día madre, bendita seas por todo tu amor.

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