Consolidación de la democracia paraguaya


    En términos de democracia, Paraguay está pasando por un proceso complejo en los últimos años. A lo largo de su historia, el país ha experimentado regímenes autoritarios y golpes militares. En 1989, se restableció la democracia y desde entonces, el país ha celebrado elecciones libres periódicas. Sin embargo, aún persisten desafíos en el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

    Paraguay ha sido objeto de críticas por la falta de transparencia y la tendencia hacia la concentración del poder. Los ciudadanos han perdido la confianza en el sistema político debido a la corrupción generalizada y la casi nula rendición de cuentas por parte de los administradores de turno.

    En este sentido, uno de los aspectos más cuestionados es la falta de independencia del poder judicial. En la actualidad, este poder se enfrenta a importantes retos para garantizar la independencia e imparcialidad en sus decisiones, siendo el mecanismo de elección de jueces, un aspecto clave. Los magistrados y fiscales pasan por un proceso donde en teoría prima la meritocracia, pero ese proceso lo lleva adelante el Consejo de la Magistratura, que, como institución ha perdido credibilidad por estar estrechamente vinculada a los políticos, quienes finalmente tienen injerencia en la elección de los magistrados y fiscales. Y los ciudadanos con menores recursos y contactos tienen pocas opciones ante un sistema judicial corrupto y prebendario.

    La corrupción que afecta a las instituciones gubernamentales, incluyendo el poder judicial, sigue siendo un problema importante, alcanzando niveles alarmantes. Una cierta estirpe de políticos y funcionarios públicos utilizan sus cargos para obtener beneficios personales, y la impunidad hace que se perciba a la clase política y a los funcionarios, como corruptos. Esta cultura de la corrupción, es altamente dañina para el bien común. Se traduce en una menor inversión en infraestructura y servicios públicos, afectando negativamente la calidad de vida de los ciudadanos, asimismo, el sistema electoral favorece a los candidatos con más recursos financieros, permitiendo la concentración de poder en “algunos” personajes de la vida política que enferman la democracia. Por esta razón, los ciudadanos se sienten desencantados con el proceso electoral y perciben que el resultado de las elecciones está predeterminado.

    Aunque podamos creer que estamos avanzando en la consolidación de nuestra democracia, aún enfrentamos retrocesos importantes y múltiples desafíos para restar el impacto de la corrupción, garantizar la independencia del poder judicial, la limitada competencia política, la libertad de expresión y acceso a la información, estos son temas críticos que deben ser abordados para fortalecer la democracia y proteger los derechos. Para superar estos desafíos, es necesario construir instituciones fuertes e independientes, mejorar la transparencia y la rendición de cuentas, y promover una mayor competencia política y una mayor libertad de prensa. Solo mediante la adopción de estas medidas se podrá garantizar una democracia saludable y sostenible en Paraguay.

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